sábado, 30 de enero de 2016

Cuando el fanfic se pasa al papel y otros desastres

¡Hola, hola!

Hace ya bastantes días que no me pasaba por aquí. Podría decir que he estado ocupada, pero en realidad he estado estirada en la cama leyendo fanfics gays la mayoría del tiempo.
Y en esta nueva entrada que nadie va a leer, porque he aceptado ya que nadie me lee, creo que hablaré un poco de todo este mundo maravilloso de los fanfics, los libros de Youtubers y otras barbaridades editoriales. 

No veo ningún problema en sacar a la venta un fanfic o un libro de un Youtuber (ya no pido que sea una obra literaria en condiciones, pero estaría bien que lo hubiese escrito él/ella), pero no estaría mal cuestionarse qué tipo de literatura estamos vendiendo antes de ponerla a la venta.

Porque yo no voy a hacer encuestas de mercado ni a tratar de entender por qué sagas como 50SDG y After tienen la fama que tienen (he tenido suficientes discusiones al respecto y entiendo que hay gente para todos los gustos y todas las opiniones son válidas mientras no sean dañinas o represivas), simplemente voy a admitir que, desde mi punto de vista, se podría disfrutar de la literatura romántica actual sin idealizar relaciones que distan mucho de ser sanas. 

Yo misma admitiré que durante una época de mi vida me gustó mucho el libro Maravilloso Desastre, pese a no haber caído en el saco de las personas que disfrutaron de los otros dos antes nombrados, y que seguramente ya no disfrutaría tanto de él ahora como lo hice en su día, y tampoco trataría al personaje de Travis Maddox como la pareja perfecta que veía en él en esos días. Porque ahora entiendo que el típico chico malo está bien para las novelas, es adictivo, es interesante, es deseable. Ese es su papel. Y eso es aceptable, mientras se trace una división clara entre ficción y realidad. Que un personaje sea atractivo no significa que el tipo de persona que es o el tipo de relación que ofrece sea correcta. Ser posesivo no es una característica que uno debería buscar para una pareja, mucho menos que esta persona sea posesiva cuando no hay siquiera una relación en marcha.

Me estoy enrollando con las experiencias personales y criticar las relaciones malsanas no era el objetivo de esta entrada. No del todo. 

¿Creo que esté mal que un fanfic sea publicado? No. ¿Me parece bien que cada vez haya más fanfics publicados con esta misma temática que intentan venderte una historia de amor que en la vida real sería poco sana como el ultimatum del romance y un sello de "éxito de Wattpad" en la portada? No.

Hay muchísimas personas en internet que escriben historias, historias maravillosas que deberían poder llegar a cuanto más público mejor, y a mí misma me emocionó la noticia de la publicación de una de estas historias hará un par de meses. Pero pienso que con esta moda que se está desatando ahora, dejando atrás distopías y a los vampiros tan enterrados en 2011 que uno se pregunta si de verdad hace solo cinco años de eso, no ayuda a que autores con talento e historias con mucha más profundidad y ética se vendan, y además también influyen en los gustos de lectores que están empezando en el mundo de la literatura y que tal vez deberían abrirse a otros géneros antes de afirmar que tal o tal otro libro es el mejor que han leído. Ganar un poco de experiencia en el campo de la lectura y poder reafirmar esa opinión, quiero decir, no estoy en ningún momento invalidando los gustos de nadie.

¿Por qué tienen que ser, pero, las historias de amor más cliché y, abriendo páginas al azar, mal escritas, las que encuentran un puesto en la lista de las más vendidas? 

Sobre lo otro que he dicho antes, los libros de YouTubers, no me refiero solo a cómics, libros con más ilustraciones y fotografías que letra ni sinsentidos. Que también, porque me parece horrible que haya muchísimas personas intentando abrirse un hueco en el mundo editorial y que sean rechazados para que luego esa misma editorial publique cosas como esas y se vendan como churros. Pero yo me refiero a libros que, como es el caso de Girl Online de Zoe Sugg (Zoella) han sido escritos por escritores fantasma con toques de la propia Youtuber, que pese a eso no ofrecen una gran calidad literaria (tuve que dejarlo a la mitad porque estaba cargado de clichés innecesarios y una trama bastante plana).

¿Se debería hacer un planteamiento sobre por qué son las editoriales más pequeñas o nuevas las que sí que abren las puertas a artistas nacionales con libros maravillosos o obras internacionales que son éxitos, mientras grupos editoriales de renombre se dedican a publicar esa clase de novelas ya citadas (o a estafar a dichos autores nacionales, oops)?

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